Ninguna otra edad tan jodida como los 17. Era el 97. Adolescente insoportable estudiando para entrar a la universidad en una academia del centro. Terminaba el invierno. Dormía por las tardes. Sufría de insomnio. Un día en la tele pasaban una entrevista a los que cantaban Creep. Airobelonyer cantaba yo. Thom Yorke decía que todas las canciones de la radio sonaban igual, que parecía el ruido que hace el refrigerador. Algo constante y habitual (y normal) que si lo escuchas bien llega a molestar. Todo igual. Le preguntaron si Creep no era acaso eso. Él respondió que era la canción que menos le gustaba.
A unos semanas de eso me compré un cassette del OK Computer. 17 años, la edad más jodida para escuchar un disco como ese. Y no aguantaba algunos frases (You look so tired and unhappy Bring down the government They don't, they don't speak for us I'll take a quiet life A handshake of carbon monoxide). Y en el fondo pensaba que escuchar esa música me hacía daño.
Ahora que lo escucho otra vez completo me sigue conmoviendo. Y contra lo que digan muchos, quienes prefieren el The bends o el Kid A, yo me sigo quedando con éste. Quizá es una cuestión medio irracional y de momentos. Cada canción de este disco me transporta a los 17 años, a los primeros días en la universidad. A las mañanas frías con mil chompas. A los golpes de ventolín y al miedo inmenso de crecer.
Dato para los alanisfans (si hay) y bítelmaníacos: Radiohead teloneaba a Alanis Morrissette allá por el año 96 cuando ésta ni pensaba en Perú como destino para un concierto. Dicen que Karma Police se parece o tiene acordes de Sexy Sadie de The Beatles y pues es cierto. Tiene sus cositas.
Eme-Pi-3:
Paranoid Android
Let Down
Link:
Web Oficial de Radiohead
Si, pues. Ok Computer no es un disco muy "sano" que digamos para una adolescente buscando pretextos para saborear su tristeza. Yo lo escuché por el mismo tiempo que tú, en los primeros días de la universidad en el comienzo de otro maldito invierno limeño. Pero, ahora lo sé, la música por más deprimente que pueda parecer siempre es alegría.