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Por. Ana Karina

Lo genial de saber que tienes grandes amigos, o que conoces gente adecuada, es cuando sientes como te hinchan el corazón con sonrisas mientras te ven llegar o cuando tú arribas, cuando bajas las escaleras de tu casa o del comedor, de dónde sea, o cuando desprendes tu mirada del monitor de la oficina. Ahí está. Se acerca y te da lo más sencillo que puedas entender; un disco.

En realidad ya lo había pedido, cuando Él me dijo que un amigo suyo le traería un par de discos de los yunaites en el acto pregunté; cuáles? El Illinoise, dijo, y me alegré. No recuerdo si inmediatamente mencionó el otro pero al día siguiente ya me había mostrado un video por youtube. Lo quería en mi discman! Y ahora escucho mi copia del I’m A Bird Now de Antony and the Johnsons.

Este disco es el susurro que te escarapela el cuerpo, casi como entregar algo íntimo o compartir el último sueño que recuerdas. La voz de Antony se encarga de darle ese toque de privacidad, con una garganta que es raspada por sus emociones, que tú también puedes cantar y, en efecto, lo haces. Lo hago. Las historias, las letras, terminan de cuajar el disco y le da el mensaje personal que le quieras interpretar. Simplemente hermoso. Gracias.