emepitri

Por L. (Kings-Of) León

Algo que me entusiasma y me hace descargar música compulsivamente es encontrar un disco que sea completo, que al escucharlo se descubra una unidad. Que tenga una propuesta única, que lo atraviese canción por canción. Que te cuenten cuentos distintos con una moraleja común, o mejor aún, que la moraleja se vaya construyendo cuento tras cuento, canción tras canción.

Eso es lo que percibí desde la primera vez que escuché Automatic for the People. Es un disco sin fracturas, con una propuesta unitaria a lo largo de él. Muchas buenas canciones que, lejos de redundar y hastiar, cada una integra y completa un mismo mensaje.

La melancolía que encontré en este disco no la he encontrado en otros. Por eso vuelvo una y otra vez a él. Es una melancolía vaga y omnipresente; una tristeza que se arrastra y se acerca como una sombra de la que no puedes deshacerte y tampoco tocar. Pero a la vez, esta melancolía es asumida: ha sido apropiada. Ha sido asumida tan concientemente que es cotidiana, vives con ella, ha sido aceptada, sabes que es parte tuya y punto. No hay nada que puedas hacer, siempre será parte de ti. Es por eso que se percibe más profunda, que siempre tiene más niveles en los que puedes introducirte cada vez que lo escuchas según el momento en que te encuentras.

Llegué por Everybody Hurts y luego sentí que las demás canciones la superaron. Ya tenía el Green y el Out of Time, pero luego de algún tiempo este disco me mostraba lo mejor de REM. Encontré Automatic for the People en un (santo) puesto que vendía discos de segunda mano en una feria del libro del Parque Kennedy (¡a quién se le ocurre vender ese disco!). Desde ese día y por 17 solcitos me ha acompañado en las buenas y en las malas.

Cada canción lleva un halo profundamente nostálgico: Drive, Try not to Breathe, Everybody Hurts, Sweetness Follows, Nightswimming, Find the River. Incluso las más movidas llevan esta impronta: The Sidewinder Sleeps Tonite, Man on the Moon. Y New Orleans Instrumental Nº1, totalmente instrumental, sigue la misma línea. Las tristes no te sepultan y las más alegres no te levantan.

Algunos elementos destacables del disco: la voz de Michael Stipe en primer plano, como lamento sin desesperación alguna; la orquestación a base de violines y cellos que crean la atmósfera perfecta para las letras.

Una mención especial va para Parallel, el DVD que compila videos de Automatic for the People y Monster. Cada video aporta una nueva lectura de las canciones y completan la propuesta del disco. Entre video y video incluyen pequeños clips, que son tan destacables como éstos.

Para mí, el disco es cercano a la experiencia de llorar con una buena compañía, alguien que te conforta y consuela pero que no tiene necesidad de decirte nada. La empatía está de alguna forma presente: es la concretización de una voz que se identifica con tu estado interior!

Disco para escuchar: (a) cuando estás muy optimista, para recordarte quién eres.
(b) cuando estás muy pesimista, para sobrellevar la vida.

Dato para los grunge: dicen que Kurt Cobain estuvo escuchando el Automatic for the People la noche antes de suicidarse (pues no me consta!).

Dato para los desempleados: Antes de formar REM, Michael Stipe era cocinero en un fast food.

Dato para los insatisfechos: en el 2003 Warner Bros. reeditó Automatic for the People, con DVD que contiene video documental de la banda y fotos de la grabación (lo he visto en discotiendas de Lima).

Dato para Muppets-lovers: REM apareció en 1998 en el programa infantil Plaza Sésamo. Pueden verlo aquí: REM and The Muppets - Furry Happy Monsters. Advertencia: es un poco weird…

Eme-Pi-3
Try Not To Breathe
Sweetness Follows

Video:

Nightswimming