Les savy fav - Let's stay friends (música para el incendio)

Posted: junio 20, 2008 by M. Pitri in Etiquetas: , ,
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Por. bruno docampo

Tim Harrington es el gordo faltoso que todos llevamos dentro. Impúdico, procaz, sicalíptico, provocador, exhibicionista y, a primera vista, rematadamente chalado, pero buena onda en el fondo, Harrington habla de descensos tiernos y lúbricos, de las afinidades con nuestros enemigos, de relaciones estrepitosas e imprecisas y termina siempre medio desnudo en los escenarios, repartiendo besos entre los concurrentes –compañeros de grupo incluidos– y regodeándose en el desmadre que arma su banda, Les savy favs, cada vez que toca en vivo.

Harrison Haynes, el batero, tiene una mejor presentación: Les savy fav encarna el diagrama evolutivo del ser humano. Del Austrolopitecus al Homo sapiens. Desde luego –y fuera de bromas, incluso de aquellas que la misma banda suele hacer–, no se trata de una evolución lineal sino yuxtapuesta, simultánea y es precisamente la sincronía lograda por estos homínidos de Rhode Island lo que termina afilando cada uno de sus temas. Las canciones de Les savy fav son abrasivas y filosas pero también poseen una versatilidad perturbadora y entonces el punk militante y las furibundas guitarras de los inicios le hacen sitio a una amplia gama sonidos. El post punk, ese compuesto químico inestable y gaseoso, termina por arder en medio una música perfecta para la premura, para la insolencia.

Faltoso, abrasivo, descaradamente versátil. Así suena el Let's stay friends, el tercer disco de la banda. Doce temas le bastan a Les savy fav para incendiarlo todo y, en medio del desorden, construir algo así una pista de baile hecha de fuego y ruido. Ese es quizá uno de sus mayores méritos (uno de los que yo más aprecio, en todo caso): melodías gritables y saltables pero también bailables (basta ver el video más abajo de Patty Lee para darse una idea).

¿El disco? Pues bien, Pots & pans es toda una declaración de principios. Probablemente el gordo Harrington ya esté desnudándose para cuando inicia la trepidante The equestrian. La ya mentada Patty no es un tema para escuchar sino para bailar con descaro luego de haber quemado la pequeña (y probablemente en mal estado) unidad de transporte público cuando los semáforos de por mi casa parecen no funcar. What would wolves do? y el artero reposo del fuego, quizá el tema más logrado de esta placa (ok, es mi favorito). La embriagante Brace yourself sorprende, uno de los temas donde la banda se abre más a la dimensión desconocida de la psicodelia. Raging in the plague ages. Comes & Goes o Les savy fav jugando en pared con la fiery furnaces Eleanor Friedberger y explorando el lado más melódico del grupo (que no el más sensiblero, esa canción es tan punzante como todas las demás). Para terminar, en redondo, The lowest bitter y el regreso a lo visceral.

Nuestro modo de sentir va y viene.

Va y viene. O permanece, amigos (?).

Buscando magia o estrellas en la parte posterior de las cajas de fósforos encontraremos el combustible para incendiar las señales de las certezas y las veremos brillar, incandescentes, mientras oímos a Harrington y lo imaginamos entregado al exceso. Nosotros mismos nos entregamos deliberadamente a los excesos mientras oímos el Let's stay friend de Les savy fav. El desorden de los sentidos comienza y el mundo por un instante tiene la perfección del instante en que arde la llama. Como dice ese gordo faltoso que todos llevamos dentro: esta banda es como un corazón que palpita con arrebato, con delirio. O como el fuego que no se consume. Y su final no es cercano.

"The way we used to feel, it only comes and goes"

Eme-pi-Tris:





Video:

Patty Lee


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